Gracias a su proximidad a EE.UU., sus sólidas capacidades de fabricación, su fuerza laboral calificada, su rentabilidad, la resistencia de su cadena de suministro y sus acuerdos comerciales, México está a la cabeza de las nuevas inversiones en nearshoring (la práctica de establecer o trasladar operaciones empresariales subcontratadas cerca de los mercados nacionales).